sábado, 5 de abril de 2008

3 comentarios:

CARLOS ALBERTO VILLEGAS URIBE dijo...

WYa lo decia Khun: siempre habra resistencia al cambio de paradigma. Una resistencia que se expresan en el lenguaje. El miedo a decir desde la comprensión la cosa comprendida. La tendendencia conservadora a pedir permiso para nombrar las cosas con otros términos que la ortodoxia de la lengua "RAE" no consagre. Pero la comprensión se impondrá tarde que temprano. De hecho hoy cualquier parroquiano que no participe de la de la comprensión epistemológia, utiliza, sin miedo, la palabra paradigma. Incluso sin miedo a no comprender en propiedad el término. Le basta con intuirlo para incorporarlo al caudal con el cual señala el universo.
Me alegra que se avance en la diferenciación del universo de la caricatura -esa palabra que cada vez se convierte en un génerico que no precisa, ni ayuda a la comprensión, ni que tiene ahora, en el siglo XXI, la condición definidora que, tal vez, le dió Da Vinci, hace más de cinco siglos- haciendo hincapié en que en ese reducido universo, existe una caricatura fisonómica. Ese reconocimiento clasificador ya avanza en el abandono de la comprensión de la caricatura en "estrictu sensu", que el termino inventado trataba de precisar en la estética del renacimiento: la recarga -caricare- del dibujo, específicamente del dibujo que retrataba a las personas.

Una recarga que entiende bien Bergson, pero que extendió de la expresión gráfica a la comprensión de la risa cómica. Una sóla de las risas -existen, lo subraya Stern y lo puede constatar cualquier parroquiano, muchas otras manifestaciones de risa que no tienen exclusivo interés cómico-.
Es esta recarga -caricare- en la forma, donde apoyará Berson una de sus leyes sobre la risa. La recarga -caricare- sobre el rostro, sobre la máscara. Una recarga -caricare- que desncadena y evidencia la fuerza de la naturaleza -lo mecánico- que se sobre pone al rostro -lo humano-. La recarga -caricare- fuerza intencional o nó que lo mecánico impone sobre lo natural produciendo la risa cómica. Caricare -recarga- que no sólo tiene que hacer desde el dibujo. El caer de un ser humano produce la risa porque reconocemos -el caricare- la recarga que la inercia ha realizado sobre el ser humano para enviarlo al suelo. Será Stern quien posteriormente nos evidenciará el juego de valores en esta acción de caer.

El caricare -la recarga, la exageración- se objetiva como mecanismo intencional para producir la risa, gracias a la voluntad en acción de un caricaturista (Vigara-Villegas). Una voluntad en acción que se puede objetivar en cualquier medio. La imitación recargada de la voz, por ejemplo, del Tino Asprilla, que iconiza los tópicos de su habla, no constituye una -caricare sonora-. Una máscara sonora que convierte al futbolista en un signo icónico sonora. Vale recordar aquí la concepción semiótica del signo (una cosa que está en lugar de otra) y del signo icónico (una cosa que está en lugar de otra que opera por analogía con la cosa representada). El imitador, utilizando la voz, iconizándola, representa al Tino Asprilla, imita y recarga sus "gestos" sonoros, los "dibuja" para el radiooyente. Pero no es el Tino, es solo su máscara sonora. Su signo icono-sonoro, su re-presentación. Esa caricare sonora, también es caricatura, pero no en el "estrictu sensu" del siglo XVI, donde no se imaginaban la radio, -aunque ya hubieran soñado el helicóptero-, y su capacidad para caricaturizar a través de este medio.

Pero celebro, lo reitero, que al menos, en el maremagnum de géneros sin diferenciar, ese caldo de cultivo que aún se denomina con la renacentista comprensión de caricatura, se hable de caricatura fisonómica. Ya nos atrevemos a diferenciar y a denominar, sin pedirle permiso a la RAE. Eso es ya un paso. Sólo esperemos que no tengan que pasar otros tres o cuatro siglos, para que a la caricatura fisonómica, la denominemos con el el más preciso y apropiado termino taxonómico de Fisonomía Caricatográfica.

Bienvenida la denominación de Caricatura Fisonómica. Aunque desde mi comprensión aún timida y poco precisa denominación, es un buen avance.

Felicitaciones por el inicio del artículo. Estoy a la espera del artículo total.

CARLOS ALBERTO VILLEGAS URIBE dijo...

COMENTARIO CORREGIDO
Ya lo decia Khun: siempre habrá resistencia al cambio de paradigma. Una resistencia que se expresan en el lenguaje, en el miedo a decir desde la comprensión la cosa ya comprendida. La tendendencia conservadora a pedir permiso para nombrar las cosas con otros términos que la ortodoxia de la lengua "RAE" no consagre. Pero la comprensión se impondrá tarde que temprano. De hecho hoy cualquier parroquiano que no participe de la de la comprensión epistemológia, utiliza, sin miedo, la palabra paradigma. Incluso sin miedo a no comprender en propiedad ese término. Le basta con intuirlo para incorporarlo al caudal con el cual señala el universo.

Me alegra que se avance en la diferenciación del universo de la caricatura.Esa palabra que cada vez se convierte en un génerico más impreciso, que nO ayuda a la comprensión, ni que tiene, ahora, en pleno siglo XXI, la condición definidora que, tal vez, le dió Da Vinci, hace más de cinco siglos. Hacer hincapié en que en ese reducido universo, existe una caricatura fisonómica, ya significa un avance. Ese reconocimiento clasificador ya avanza en el abandono de la comprensión de la caricatura en "estrictu sensu", que el termino (también) inventado trataba de precisar en la estética del renacimiento: la recarga -caricare- del dibujo, específicamente del dibujo que retrataba a las personas.

Una recarga que entiende bien Bergson, pero que extendió de la expresión gráfica a la comprensión de la risa cómica. Una sóla de las risas, lo subrayará Stern y lo puede constatar cualquier parroquiano,al apreciar multiplicad de manifestaciones de la risa que no tienen exclusivo propósito cómico-.

Es esta recarga -caricare- en la forma, donde apoyará Berson una de sus leyes sobre la risa. La recarga -caricare- sobre el rostro, sobre la máscara. Una recarga -caricare- que desencadena y evidencia la fuerza de la naturaleza -lo mecánico- que se sobre pone al rostro -lo humano-. La recarga -caricare- fuerza intencional o nó que lo mecánico impone sobre lo natural produciendo la risa cómica. Caricare -recarga- que no sólo tiene que hacerse desde el dibujo. El caer de un ser humano produce la risa porque reconocemos -el caricare- la recarga que la inercia ha realizado sobre el ser humano para enviarlo al suelo. Será Stern quien posteriormente nos evidenciará el juego de valores en esta acción de caer.

El caricare -la recarga, la exageración- se objetiva como mecanismo intencional para producir la risa, gracias a la voluntad en acción de un caricaturista (Vigara-Villegas). Una voluntad en acción que se puede objetivar en cualquier medio. La imitación recargada de la voz, por ejemplo, del Tino Asprilla, que iconiza los tópicos de su habla, constituye una recarga sonora -un caricare sonoro- una caricatofonía. Una máscara sonora que convierte al futbolista en un signo icónico-sonoro.
Vale recordar aquí la concepción semiótica del signo (una cosa que está en lugar de otra) y del signo icónico (una cosa que está en lugar de otra que opera por analogía con la cosa representada. Así que desde las notas características del signo y contrario a la concepción extendida que asimila el icono,exclusivamente con lo gráfico, existe iconicidad sonora.

El imitador, utilizando la voz, iconizándola, representa al Tino Asprilla, imita y recarga sus "gestos" sonoros, los "dibuja" para el radiooyente. Pero no es el Tino, es solo su máscara sonora. Su signo icono-sonoro, su re-presentación. Esa caricare sonora, también es caricatura -caricatofonía para ser precisos en el lenguaje-, pero no en el "estrictu sensu" del siglo XVI, donde no se imaginaban la radio, -aunque ya hubieran soñado el helicóptero-, y su capacidad para caricaturizar a través de este medio.

Pero celebro, lo reitero, que al menos, en el maremagnum de géneros sin diferenciar, ese caldo de cultivo que aún se denomina con la renacentista comprensión de caricatura, se hable de caricatura fisonómica. Ya nos atrevemos a diferenciar y a denominar, sin pedirle permiso a la RAE. Eso es ya un paso. Dentro de poco estaremos dibujando caricatografías en computador sin cuestionar su validez estética. Eso esperamos. Sólo esperemos que no tengan que pasar otros tres o cuatro siglos, para que a la caricatura fisonómica, la denominemos con el el más preciso y apropiado termino taxonómico de Fisonomía Caricatográfica.

Bienvenida la denominación de Caricatura Fisonómica. Aunque desde mi comprensión aún timida y poco precisa denominación, es un buen avance.

Felicitaciones por el inicio del artículo. Estoy a la espera del artículo total.

ubrygjaavan dijo...

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